La primera infancia se constituye en un período vital fundamental, tanto para el desarrollo humano, como para proyectar el desarrollo sostenible de las familias y comunidades en las que interactúan, contribuyendo al fortalecimiento de una sociedad solidaria que se construye con la participación comprometida de todas y todos.
La atención y el desarrollo de la primera infancia y la niñez se declara como prioridad, focalizándola como una de las intervenciones fundamentales para contribuir desde la práctica, en la disminución de los índices de pobreza, inequidad, exclusión social, abandono escolar, así como en la reducción de todos los factores de riesgo y de vulnerabilidades previsibles.
Las políticas, planes y proyectos orientados a garantizar, tanto el bienestar como la seguridad de todas las niñas y niños durante sus primeros años de vida en el contexto familiar y social, hacen énfasis en el derecho a una vida digna, sustentada en oportunidades y garantías asequibles, para una adecuada nutrición, educación, salud, recreación, cuidado y protección en tiempo oportuno y de calidad en todos los contextos socioculturales.