La educación en la República Dominicana ha experimentado algunos logros en el tiempo que resultan fundamentales para tener una población en capacidad de enfrentar los numerosos retos que nos presenta el mundo moderno.
En la actualidad, se ha alcanzado un acceso al sistema educativo nacional cercano al 100 por ciento. Los niños y adolescentes de nuestro país pueden asistir a planteles escolares en todo el ámbito del territorio nacional.
Desde la perspectiva de las infraestructuras, miles de planteles escolares han sido construidos en distintas administraciones. Ha disminuido el índice de repitencia, de sobreedad y deserción escolar.
Las condiciones materiales de los docentes han mejorado significativamente, con aumentos de salario, incentivos, proyectos de vivienda y expansión de la cooperativa de maestros.
En el año 2004, el índice de inversión en el sector educativo había caído en su nivel más bajo, de tan solo 1.2 por ciento del PIB. La gestión de gobierno del periodo 2004-2008; 2008-2012, elevó esa inversión a 2.7 por ciento. En términos presupuestarios, eso significó haber pasado de 11 mil millones de pesos, en el 2004, a 58 mil millones, en el 2012, para un incremento de un 500%.
Se aprobó la ley del 4% del PIB para la educación, lo que ha representado hasta el momento una inversión equivalente a 480 mil millones de pesos.
Ahora bien, a pesar de esos logros, la educación dominicana no ha alcanzado los niveles de calidad que se exigen en estas primeras décadas del siglo XXI. Actualmente, prevalece una crisis de aprendizaje, debido a que el 62 por ciento de los niños, a 10 años de edad, no están en capacidad de comprender lo que leen.
Lo mismo ocurre con los niveles de avance en matemáticas, física, química, biología y otras disciplinas. En los exámenes estandarizados internacionales, como PISA y TERCE, hemos estado ocupando los más bajos lugares, como demostración de la precaria calidad del sistema educativo nacional.
Para enfrentar los grandes retos que implica crear un sistema educativo de calidad, equitativo e incluyente en la República Dominicana, proponemos los siguientes principios, focos y acciones estratégicos en las áreas de atención a la primera infancia; educación primaria; educación secundaria; y educación para personas jóvenes y adultas.
De igual manera, nuestro enfoque sobre desarrollo y evaluación curricular, formación y capacitación docente, desarrollo profesional de la carrera docente, tecnología, infraestructura y mantenimiento escolar, gestión institucional, descentralización y control de la gestión pedagógica; e inversión y calidad del gasto.