La inversión extranjera en la República Dominicana se encuentra regulada por la Ley No. 16-95, promulgada en fecha 20 de noviembre de 1995 y su Reglamento de aplicación contenido en el Decreto 214-04, del 11 de marzo de 2004.
El marco regulatorio aplicable está fundamentado en dos principios cardinales:
Primero, el reconocimiento del Estado Dominicano a la inversión extranjera y la innovación tecnológica como elementos de contribución al crecimiento económico y al desarrollo social del país. Igualmente, reconoce su rol en la creación de empleos y generación de ingresos, la promoción del proceso de formación de capital, comercialización y gestión de métodos;
Segundo, el reconocimiento de que los inversionistas extranjeros y nacionales comparten derechos y deberes similares, lo cual implica que, bajo la Ley de Inversión Extranjera Dominicana, recibirán un trato igual o neutral en comparación a las inversiones locales.
La inversión extranjera directa (IED) constituye una de las principales fuentes de crecimiento para economías con capital domestico limitado; sobre todo, en casos como el de la República Dominicana, donde los mercados de valores no se encuentran ampliamente desarrollados y el proceso de captación de capitales es ampliamente regulado.
En los últimos, años el flujo de inversiones extranjera directa se mantuvo al alza, ubicándose en US$ 4,010.4 en el año 2022.