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Minas

A pesar de que La producción de cobre experimentó un notable crecimiento del 32.3%, el año presentó un panorama desafiante para la actividad minera, con una contracción generalizada en la mayoría de los sectores. La extracción de minerales y rocas no metálicas sufrió un declive en el primer semestre de 2023, con una caída de 10.8%.

La baja en la extracción de plata, oro y ferroníquel se tradujo en una reducción de las exportaciones de estos productos, con una caída del 17.9%, 18.3% y 20.3% respectivamente. Esto confirma la difícil situación que atraviesan estos elementos el sector minero en este período, y la necesidad de crear nuevas estrategias para enfrentar las variaciones en la demanda del productor.

En el caso de la arena, la grava y gravilla, tuvieron una disminución de un -3.8%, mientras que el yeso, cayó en un -30.7%.

Fuente: Banco Central de la República Dominicana

Una de las principales causas de la caída en la extracción de estos materiales es la disminución de la demanda de estos materiales, dada por la contracción experimentada en el sector construcción.

Las primeras empresas mineras que se establecieron en República Dominicana para llevar a cabo labores de exploración y de explotación, fueron la Alcoa Corporation Company, en 1950; la Bestwall Gypsum Company, en 1960; la Falconbridge Dominicana en 1970; y la Rosario Resources en 1980.

Al instalarse en el país, todavía no se contaba con las herramientas jurídicas e institucionales que permitieran realizar el desarrollo de una industria minera nacional. Fue a partir del 1971, con la aprobación de la ley No. 146, que se estableció un marco regulatorio para el sector de la minería en la República Dominicana.

Posteriormente fueron emitidos dos decretos: el 207-98, que funge como reglamento de aplicación de la ley No. 146; y el 100-13, en virtud del cual se crea el Ministerio de Energía y Minas.

El artículo 1 de la ley 146 hace referencia al derecho de propiedad del Estado sobre las substancias minerales de toda naturaleza, que se encuentren, ya sea en el suelo y subsuelo del territorio nacional, como de la plataforma submarina del mar territorial.

El mismo texto legal considera como sustancias minerales el guano, las substancias fosfatadas, el mármol, el travertino y demás rocas ornamentales, el ámbar, el grafito, el carbón de piedra, el lignito, las arenas silíceas y metalíferas, el talco, el caolín y demás arcillas industriales, la sal, el yeso otras sustancias similares.

Para otorgar a personas físicas o jurídicas el derecho a explotación de los recursos minerales, el Estado otorga concesiones de exploración por tres años, y contratos de explotación por 75 años.
La Estrategia Nacional de Desarrollo 2030, establece las bases sobre las cuales debe procurarse una economía sostenible, integradora y competitiva. Son preceptos que la industria minera ha asumido dentro de su ejercicio, cuyo fin es el desarrollo de una economía territorial y sectorialmente integrada.

Desde el 2010, ha habido una preferencia por la explotación de un conjunto de minerales, que son: oro, plata, cobre, ferroníquel, bauxita, piedra caliza, y zinc.

La industria extractiva en nuestro país, impulsada por políticas públicas coherentes, tiene que alcanzar un nivel institucional que garantice un rol protagónico en el desarrollo nacional. Para ello, nos trazamos los siguientes objetivos.

PROPUESTAS

Participa en la construcción de un mejor futuro.

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