La industria en la República Dominicana tuvo sus inicios en la primera mitad del siglo XX, con un enfoque inicial en la agroindustria y la producción de bienes de consumo básico.
Durante ese período, la economía dominicana estaba fuertemente influenciada por la agricultura, especialmente por la producción de azúcar, tabaco y café. La manufactura, en esa etapa, estaba principalmente dirigida a satisfacer el mercado interno, con una estructura industrial limitada y poco diversificada.
A partir de la década de 1950 y especialmente durante los años 60 y 70, la República Dominicana, al igual que muchos países de América Latina, adoptó políticas de industrialización por sustitución de importaciones (ISI).
Ese enfoque buscaba reducir la dependencia de productos importados mediante el fomento de la producción local de bienes manufacturados. Durante este período, se establecieron diversas industrias ligeras, incluyendo textiles, calzado y productos alimenticios.
La creación de la Corporación de Fomento Industrial (CFI) en 1962 fue un hito importante, destinado a promover el desarrollo industrial del país y el auge del turismo generó nuevas oportunidades para la industria local.
Tuvo un gran impacto en el sector manufacturero del país la ley 299 del 1968, de incentivo industrial que promovió la sustitución de importaciones.
Un cambio significativo en la trayectoria del sector manufacturero dominicano ocurrió en la década de 1970 con la introducción y expansión del modelo de zonas francas. Este modelo se consolidó con la Ley 8-90 de 1990, la cual ofreció incentivos fiscales y facilidades a las empresas extranjeras para operar en estas zonas, enfocándose en la manufactura para exportación.